La Esfinge como tal tiene dimensiones desproporcionadas, ya que el cuerpo es demasiado grande y la cabeza muy pequeña.
Se rumora que originalmente la cabeza era la de un perro, en honor a la constelación del Can, sin embargo, en alguna etapa, algún faraón mandó a pulir la cabeza de perro para dar forma a su rostro de faraón.
Los accesos con los que cuenta la Esfinge fueron sellados. Al parecer esos túneles llevan a una gran biblioteca subterránea, donde se plasma todo el conocimiento del antiguo Egipto.
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